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Entendiendo la Política Nacional de Innovación

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Esta vez nos toca algo interesante porque hablaremos de futuro; específicamente de los planes que tiene el país para ponerse alante en los nuevos tiempos. A principios del mes pasado, el Gabinete de Innovación presentó una hoja de ruta para la Política Nacional de Innovación 2030 (en lo adelante la llamaremos PNI). Como el documento tiene 139 páginas, trabajamos este resumen y entiendas de qué se trata todo esto.

Innovar o morir, esa es la cuestión

Seguro que te has dado cuenta que ya el internet y los gadgets no solo sirven para comunicarse, trabajar y entretenerse. Las nuevas tecnologías se están metiendo de lleno en nuestro día a día y con cualquier cosita nueva que sale ya uno se siente atrás del último. Todos los días sale un nuevo invento que le cambia a uno la vida, en mayor o menor medida. 

Estamos en medio de la cuarta revolución industrial, que es la era de la transformación digital. Eso gracias a la aparición de tecnologías como:

  • Inteligencia artificial: es un software que «piensa» como un ser humano, y que puede aprender cosas por sí mismo.
  • Edición del genoma o edición genómica: también llamada «edición genética», es cuando alteran algo en el ADN de una célula o un organismo.
  • Internet de las cosas (IoT): es la red de objetos que pueden «hablar» entre ellos gracias a un software y redes inalámbricas.
  • Nanotecnología: es la tecnología que permite diseñar y manipular la materia a nivel de átomos y moléculas. La idea es hacer materiales más fuertes, ligeros o duraderos, y sus aplicaciones van desde la medicina hasta la tecnología aeroespacial.
  • Blockchain: es como una base de datos donde todo lo que se registra está conectado y cifrado para cuidar la seguridad y privacidad de cada transacción. No tiene que ser una transacción económica, pero así es que se manejan las criptomonedas, por ejemplo.

Un paréntesis: una revolución industrial es una transformación completa de la sociedad debido a los avances en tecnología, gracias a descubrimientos científicos que han cambiado la historia. La primera fue la motorizada por la máquina de vapor (entre 1769 y 1840), la segunda fue liderada por la electricidad (entre mediados del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial) y la tercera fue la del internet y las tecnologías de comunicación modernas (empezó después de la Segunda Guerra Mundial y en el 2006 fue adoptada en una declaración oficial de la UE). 


No es una época de cambios… es un cambio de época

Según el Foro Económico Mundial, sólo entre el 2020 y el 2025 aparecerán unos 150 millones de empleos con tecnología de última, y al menos el 70% de esos migrarán de empleos tradicionales. Y otro dato: según el BID, en los próximos años se necesitarán 1.2 millones de nuevos programadores en Latinoamérica.

Entonces, el panorama está clarísimo: para allá es que va el mundo, y el que no se ponga a innovar se quedará atrás y quedará en desventaja frente a los otros países que están metiendo mano. ¿Y qué es innovar en este contexto? Producir conocimiento útil que pueda transformar la sociedad y mejorar la calidad de vida de la gente.

Empezando por el principio

Hace poco menos de 1 año, Abinader decretó la creación de un Gabinete de Innovación, un grupo que tenía una misión clara: crear una Política Nacional de Innovación 2030 y coordinar los pasos para implementarla. 

En el gabinete están casi todos los Ministerios y varias instituciones del Estado, y puso en la cabeza a Bartolomé Pujals. De ahí comenzaron entonces a armar mesas de trabajo junto a todo tipo de instituciones privadas y públicas, educativas, de investigación, de ciencia, del empresariado, etc., para darle forma a lo que deberá ser la hoja de ruta para que el país comience a pensar de acuerdo a los nuevos tiempos.

¿Qué buscan con eso?

El plan es que la gente no se quede con una mano delante y otra detrás porque no hay apoyo o dinero, siempre que tengan ideas con potencial de convertirse en algo que ayude al diario vivir o mejore la calidad de vida del dominicano, o que puedan transformar la sociedad para bien. 

Y aquí hay talento. Mira por ejemplo esta lista:

  • José Anibal Acevedo, un arquitecto de Hato Mayor que inventó una mejor forma de coger muestras de orina o caquita para niños y bebés.
  • El laboratorio de nanociencia de la PUCMM descubrió y patentó un nuevo nanomaterial (¿leíste la definición de nanotecnología más arriba?) de carbono, que han llamado «diamano». En teoría, el diamano podría ser un sustituto para el silicio en los transistores de los chips.
  • Un equipo de la UASD, comandado por el profesor Quirico Castillo, ubicó una molécula que tiene potencial de servir como tratamiento para el cáncer, y barato.
  • Empresas como Aybar Ecotechnologies, que tiene un producto que podría sustituir a los antibióticos para curar infecciones bacterianas (que eso es más importante que nunca, porque las bacterias se están haciendo cada vez más resistentes a los antibióticos); o Reenergy, que desarrolló una tecnología que puede cargar baterías de 0 a 100% en 10 minutos.

Si todo eso ha sido a mano pelá y con la fuerza del bolsillo, imagínate todo lo que se puede hacer si el Estado apoya.


Si el Estado apoya…

Siempre se llega más lejos, y ojalá así sea; por lo menos ya hay un plan claro y detallado. Según el documento, para desarrollar este plan miraron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Estrategia Nacional de Desarrollo, el Plan Nacional Plurianual del Sector Público, el Plan de Gobierno, la Agenda Digital 2030, la Estrategia Nacional de Competitividad, la Estrategia Nacional de Exportación de Servicios Modernos, el Índice Global de Innovación y el Índice de Competitividad Global.

También dice que involucraron a más de 3,500 personas e instituciones públicas, privadas y académicas, y había una plataforma web donde todo el vivo podía aportar su granito de arena. Todo eso junto al PNUD, el BID y el Instituto de Project Management (PMI).

En fin, toda la información está ahí, pero la idea es que no se quede en papel.

¿Y cómo es que piensan meter mano?

Divide y vencerás, dijo Julio César. Así que lo que hicieron fue dividir el trabajo en 5 grandes áreas. Las 3 primeras son prioridad, y las otras 2 son transversales (eso significa que son complementarias o que van de la mano con las otras). Y como dijo Jack el Destripador, vamos por partes:

  1. Para innovar se usa la cabeza, así que las nuestras tienen que estar bien amuebladas. Lo que manda es invertir en educación, pero no solo la básica y convencional, sino enfocada en las tecnologías y prácticas de hoy en día. La meta de la PNI es preparar a 100,000 dominicanos en «competencias modernas»; eso iría desde el colegio hasta la universidad, pasando por los técnicos-profesionales.

Ahí hay 5 proyectos:

  • El programa de formación 4.0: con esto, la idea es hacerle unos cambios al currículo técnico-profesional y las técnicas de enseñanza, para formar a los estudiantes de acuerdo al mundo y la tecnología de hoy (y del futuro). 
  • Semilleros digitales: un semillero es básicamente un programa para formar estudiantes en software y programación, fuera del currículo de lo que estén estudiando. Ahí se pueden armar bootcamps tecnológicos y cosas por el estilo.
  • Sistema Nacional de Becas y Crédito de Apoyo Educativo: siempre se han dado becas, pero para que funcione tienen que becar a los estudiantes que lo necesiten o lo merezcan más, y en las áreas donde el país los necesita, porque de nada nos vale becar en competencias obsoletas o innecesarias. Este año quieren llegar a 10,000 becas nacionales y de fuera.
  • Poner centros de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I): pues eso: lugares donde se junten académicos, investigadores y estudiantes con interés de crear cosas nuevas y materializar sus ideas en distintos campos de la ciencia y la tecnología.
  • Certificar el conocimiento: no es decir que uno sabe, sino poder demostrarlo. Y la idea es que uno no tenga que esperar los 4 años (mínimo) de una carrera para poder mostrar un diploma en algo que se haya entrenado y/o calificado.
  1. Alguien tiene que estar arriba de todo esto, así que piensan crear un Sistema Nacional de Innovación y Desarrollo Digital. Eso viene acompañado de una ley, encuestas al pueblo, premios a la innovación, redes públicas de centros de innovación y el fomento a la propiedad intelectual. Ese último es clave porque incluye la creación de un «hub de propiedad intelectual», que sería una especie de maipiolo entre los inversionistas y los innovadores (como un Shark Tank no televisado). Además, pensaron en una ley para que el gobierno pueda licitar servicios o productos que no existan actualmente en el mercado.
  2. Podrá haber toda la creatividad y el talento del mundo, pero sin dinero no se hace nananina, así que la PNI señala al Estado como el inversionista ángel de los creadores, y tendría que hacerlo en varios proyectos: poner dinero en un fondo de apoyo a la innovación y crear una red de incubadoras de innovación (así se le llama a organizaciones que apoyan emprendimientos y los conecta entre sí); darle un giro al Fondocyt (un fondo del Ministerio de Educación que debe incentivar la investigación científica y tecnológica); revisar cuáles impuestos se les pueden quitar o bajar a los creadores; y la última, pero no menos importante porque es un bojote de cuartos: dedicarle a la innovación el 1% del PIB de RD (que anda por los 90,000 millones de dólares al año, o sea que sería como 900 millones al día de hoy) de aquí al 2030.

Nada de eso se hace si no se da un cambio de mentalidad y si nos olvidamos de que sin planeta no habrá futuro, así que esas 3 áreas vienen acompañadas de otras 2 transversales: fomento a la cultura y mentalidad innovadora, y la transición a las nuevas energías más amigables y sostenibles.


Muy lindo todo

Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Y como te habrás dado cuenta, esto no es una cuestión de dos días (por eso se llama 2030). Así que no solo este gobierno tendrá que meter mano para que esto pase del papel a la acción, sino el que venga después y el otro después de ese.

Si te interesa saber más, aquí tienes el link de la página de la PNI.

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