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Entendiendo: los talibanes se quedan con Afganistán

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De repente todos los noticieros hablan de Afganistán y los talibanes, así que no te vamos a dejar en el aire y mucho menos sin ponerte en contexto para entender la situación.

Después de semanas conquistando ciudades como gallinas comiendo maíz, los talibanes llegaron en bonche bus terrorista a Kabul, la capital de Afganistán. Al presidente, Ashraf Ghani, no le quedó de otra que abandonar el país y los funcionarios del gobierno a entregarles el palacio presidencial. Por eso ves en las noticias el aeropuerto de Kabul timbí de gente, todos tratando de correrle a vivir bajo el mandato de los talibanes. 

Vamos a darle un pequeño rewind al vídeo de la historia y pongámonos en el minuto 19:94.

En 1994 aparece un grupo ultraconservador llamado “talibanes” que en pastún –la lengua del pueblo sunní afgano– significa «estudiante», y en español dominicano significa ‘terroristas dao al pecao’.

Este grupo tan simpático sale de la resistencia afgana. Para colmo, fueron entrenados por EE. UU. y lucharon contra la invasión de la Unión Soviética en 1980 para defender la tradición (o su versión loquísima de lo que es tradición): defender al pueblo de manos extranjeras e imponer su interpretación de la ley islámica.

Spoiler alert: lo lograron.

En 1996 tomaron Kabul (así como están haciendo ahora) y su líder en ese entonces, Mullah Mohammad Omar –un tíguere que le faltaba un ojo y supuestamente enorme– se proclamó “Emir” atento a él y le cambió el nombre al país, nombrándolo Emirato Islámico de Afganistán.

Los nuevos jefecitos dictaron nuevas leyes para el pueblo afgano: prohibir la música, la televisión, el cine, las fiestas (a excepción obviamente de los festejos islámicos); además, las mujeres tenían que cubrirse completas, sin que se les viera ni siquiera la uña del dedo meñique del pie derecho, y no podían trabajar o estudiar; entre otras cositas similares.

Pero el coro y la chercha se les terminó cuando en el 2001 (sí, lo que estás pensando) se les ocurrió, junto a sus panas del Medio Oriente, Al Qaeda, atacar a Estados Unidos y derribar las torres gemelas. Porque gobernar Afganistán y Pakistán no era suficiente, había que atacar a los gringos porque no son musulmanes.

Bush encontró la excusa perfecta para imponerse militarmente y mandó a devolverle el ataque a los talibanes. En menos de un mes ya no estaban gobernando y fueron “expulsados” de Kabul. Se reinstauró el orden y la paz, y como por 25 minutos el pueblo afgano fue parcialmente libre y feliz.

Con la ayuda de los gringos, el gobierno afgano combatió a los talibanes durante años, intentando mantenerlos a raya, aunque algunas ciudades de Afganistán siempre se mantuvieron controladas por ellos.

Ahora sí, vamos a lo que vinimos: el presente. ¿Qué está pasando?

 Durante mucho tiempo se han hecho reuniones internacionales con el fin de encontrar la paz a la problemática que representan los talibanes para los pueblos gobernados por ellos, y este grupo (que es un grupo constituido, con oficinas internacionales y todo), representado ahora por Haibatullah Akhundzada, siempre había puesto sus peros y sus puntos sobre las íes para llegar a un acuerdo.

En febrero del año pasado, bajo el mandato de Donald Trump, llegaron a un Acuerdo de Paz donde los talibanes prometían que no iban a permitir que los extremistas islámicos gobernaran (lol) ni atacaran a Estados Unidos, mientras que estos últimos prometían entonces, retirarse de Afganistán.

A principios de este año, los talibanes de forma muy amable le recordaron a Estados Unidos que firmaron un acuerdo de paz, que ellos debían retirarse y que la paz se mantendría. Pero aparentemente “paz” significa “matense todos” en pastún, o algo así entendieron los talibanes.

El punto es que Joe Biden, cumpliendo con lo establecido, a finales de julio, ordenó la retirada de Estados Unidos y comenzaron los soldados a irse de Afganistán para dejarlos luchar solos, como hermanitos: gobierno afgano VS talibanes.

Sabiendo que USA se iba a retirar, los talibanes no perdieron el tiempo y comenzaron a intensificar sus ataques para volver al poder y aterrorizar a la gente. En mayo, atacaron una escuela primaria en Kabul, con el objetivo de matar a las niñas, porque estaban estudiando (gran pecado), dejando 50 muertos; a principios de agosto atacaron el aeropuerto de Kandahar, lanzando por lo menos 3 cohetes; a mediados de agosto atacaron una mezquita en la ciudad de Herat (irónicamente atacaron una mezquita, que sería como si yo defendiera la educación de los niños y ataco un colegio). Pero bueno, ellos se entenderán, aquí no hablamos pastún.

¿Por qué en las redes están atacando al presidente Joe Biden?

Pues por un errorcito de cálculo que le complicó la vida a cientos de personas en lo que dicen berenjena. Biden había dicho que los afganos y talibanes deberían resolver sus problemas como puedan, que no quería sacrificar a más soldados norteamericanos en una guerra que ni los mismos afganos quieren pelear. Pero es que el mes pasado creían que podrían pasar meses antes de que cayera el gobierno civil en Kabul, y que tanto las tropas gringas, la gente de su embajada, sus colaboradores y todo el que había estado en contra de los talibanes pudiera por lo menos salir sin escuchar una ráfaga de disparos. O sea, lo que ellos entendían que pasaría en meses, pasó en un par de días. Así de grave fue ese cálculo. 

Una vez los talibanes sintieron que tenían el control de las principales ciudades de Afganistán, se decidieron a dar el gran paso: entrar al palacio presidencial. Pero antes de que llegaran hasta Ashraf Ghani (el presidente), ese señor dijo que se iba para evitar un derramamiento de sangre (la suya, por ejemplo) y se fue más rápido y más furioso que Toretto cuando no respetan a la familia.

Los talibanes se instalaron nuevamente en Kabul y la gente de casi todos los pueblos afganos que no cree en la línea dura del islam sunita, está intentando escapar.

Comenzaron a irse, hace una semana, intentando cruzar el puente que une a Afganistán con Uzbekistán (ya les cerraron esa ruta). Hasta ayer, intentaban irse por los aeropuertos, pero el servicio de líneas aéreas colapsó y los aeropuertos abarrotados de personas queriendo escapar, crearon un caos que hizo que también los aeropuertos colapsaran.

Mucha gente ha caminado por horas interminables para retirar sus ahorros de los bancos e irse, por los menos a las afueras de Afganistán hasta que pase la incertidumbre de cómo será ahora el destino de Afganistán. Porque los talibanes dicen que vienen en son de paz, pero obviamente nadie cree en eso.

Mientras tanto, nosotros, entre tormentas y los vecinos con nuevos terremotos, nos mantendremos informados.

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