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¿Qué está pasando en los aeropuertos del mundo?

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Maletas perdidas, vuelos cancelados o retrasados, filas de 5 horas para pasar por migraciones… Si has cogido un avión en los últimos meses, es muy probable que te haya tocado pasar por una de esas amargas experiencias en el aeropuerto. 

Viajar siempre es estresante, pero últimamente es toda una odisea. Y no es cuestión de una aerolínea en específico, sino que toda la industria de la aviación comercial está sumida en un caos que no se había visto nunca. ¿Qué es lo que está pasando? Te lo brifeamos.

Turbulencia extrema

Arrancamos por el culpable de casi todos los males de los últimos dos años: el covid. El 2020 fue el peor año que se recuerde para la aviación, porque con todos los países cerrados y las restricciones de entrada y salida de pasajeros, el tráfico cayó un 60% en comparación con el año anterior. Al menos 55 aerolíneas quebraron, y otras sobrevivieron gracias a las ayudas de los gobiernos. 

El sector de la aviación perdió miles de millones de dólares de manera directa. De manera indirecta es imposible calcular el daño, porque muchos negocios dependen de la aviación, como los servicios de comidas para los vuelos, las tiendas de Duty Free, los taxis y por ahí María se va.

 

Alzando el vuelo

Fue pasando la crisis del covid y los países comenzaron a abrir nuevamente sus fronteras. La gente volvió a viajar, ahora con más ganas, y para colmo llegó el verano y con él las vacaciones de millones de personas. Las ventas internacionales y nacionales de vuelos están ya prácticamente en los niveles del 2019 –antes del virus– cuando la aviación comercial estaba en su mejor momento.


Pero no estaban listos para el despegue

Como no se podía volar durante la pandemia, las aerolíneas tuvieron que abrocharse los cinturones para bajar los costos lo más posible. Vender los aviones no era una opción, así que la cuerda rompió por lo más fino y lo que hicieron fue salir de una barsa de empleados. En ese ciclón de liquidaciones se fueron pilotos, azafatos y personal de tierra. A eso súmale que ha habido un montón de huelgas por conflictos laborales que estaban ahí latentes desde antes.

Básicamente, se fue la pandemia y la gente volvió a volar –y hasta con más ganas después de estar trancados por mucho tiempo–, pero ahora no hay suficiente personal para atenderlos ni pilotos para volar los aviones. Se estima que hoy en día las aerolíneas cuentan con alrededor de un 20% menos personal que lo que tenían antes de la pandemia.


Prendiendo las turbinas

La solución más obvia es contratar el personal necesario nuevamente. Pero no es tan fácil, porque muchos de los que liquidaron se buscaron otra forma de ganarse el moro, y ahora no quieren volver. Además, los horarios son complicados y al personal de tierra no le pagan muy allá, entonces no es como que son los empleos más atractivos del mundo. 

En el caso de los empleados nuevos es peor, porque el tiempo de entrenamiento es largo; y además, todo el que va a trabajar cerca de un avión o de un aeropuerto tiene que pasar por un proceso de depuración por seguridad que va mucho más allá de un certificado de buena conducta, y puede durar hasta 10 semanas. Cuando esté lista la cantidad necesaria de personal, ya habrá pasado el verano y con él la temporada alta.

Un aterrizaje forzoso

La falta de personal no es el único dolor de cabeza que tienen ahora mismo las aerolíneas. Durante un tiempo, los vuelos estuvieron más baratos que antes, precisamente para incentivar a la gente a volver a volar; pero eso significa que las ganancias por cada ticket bajaron. Otra cosa es que los viajeros de negocios –que pagan los boletos mucho más caros– no han regresado al mismo ritmo que los vacacionistas, porque si algo bueno trajo la pandemia fue que la gente se dio cuenta de que muchas cosas se pueden resolver por zoom.

También llegó la guerra de Ucrania y con ella el aumento del petróleo y los combustibles, así que las aerolíneas que no contemplaron ese aumento en el costo a tiempo y vendieron boletos a precios que no lo aguantan, tienen un hoyo en el bolsillo que les tomará tiempo coser. Y para completar el combo, muchas de ellas tienen que destinar parte de su presupuesto a devolver las ayudas que les dio el gobierno durante la pandemia.


Destino final

Todo indica que en la aviación comercial todavía queda crisis para rato, pero no es como que vaya a desaparecer. Aunque puede ser que más aerolíneas se vayan a la quiebra y los problemas de logística sigan durante un tiempo, los aviones y los aeropuertos seguirán ahí, al igual que las ganas de la gente de viajar y conocer el mundo.

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