Mientras te preparabas para dormir, Abinader le cantó el tercer strike a Roberto Fulcar y lo destituyó como ministro de Educación. Ahora será ministro sin cartera (eso significa que no tendrá presupuesto a su cargo) con funciones especiales para «articular, fortalecer y alinear la gestión estratégica del gobierno». O sea: «te quité, aunque te dejé en el gobierno».
En Educación pusieron a Ángel Enrique Hernández Castillo, quien hasta ahora era asesor educativo de Abinader; y además es uno de los fundadores de la UAPA (Universidad Abierta Para Adultos), tiene un doctorado en Educación de la universidad de Grenoble en Francia, y fue maestro por varios años en la UASD.
Remeneando la mata
Con el mismo decreto se cayeron más frutas del árbol de gobierno. Siguiendo con los más relevantes: también quitaron a Rafael Arias como director del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant). Ahí pusieron a Hugo Beras-Goico, quien fue secretario de la Alcaldía del DN desde abril del 2020 hasta el 30 de abril de este año, y desde febrero era el director del Gabinete de Transporte.
Para rematar, Abinader mandó al director de Migración, Enrique García, a que mejor haga de cónsul dominicano en Boston, y en su lugar pusieron a Venancio Alcántara Valdéz. Venancio ha sido diputado y regidor, y desde el 2004 hasta la fecha estuvo como encargado del departamento de Archivo de la Cámara de Diputados. Además, era asesor de la Subdirección Técnica de la Dirección General de Aduanas.
El último escándalo
Fulcar estaba que no salía de una. Lo último fue un lío que destapó Diario Libre en una humilde licitación de 1,800 millones de pesos para la compra de los libros digitales de secundaria del año escolar 2022-2023.
¿Qué empresa?
Resulta que 3 de las 10 empresas entre las que se repartió el pastel pusieron a una entidad llamada «School Teams», creada en el 2015, como «autora» de los libros. Las tres empresas presentaron a School Teams como su proveedor exclusivo, y a cada una se le adjudicaron cerca de 200 millones de pesos.
Hasta ahí, no hay gran cosa. Pero atiende: quienes salían como socios de School Teams, hasta febrero de este año, eran Amalfi Ureña y Primitivo Santos. A Amalfi no ha habido forma de contactarla, pero Primitivo sí cogió el teléfono, y lo que dijo es que él lo que es es chofer y no tenía idea de empresas ni School Teams ni libros. Después apareció su abogado diciendo que sí había sido parte de la sociedad, pero ya no, porque hace unos meses le cedió sus cuotas sociales a Alfredo Zapata Javier, quien según la Asamblea que está en la Cámara de Comercio es herrero.
Hay que aclarar que los libros no son de herrería ni manuales para aprender a conducir.
Pero el lío no termina ahí
Porque los contratos a las empresas que presentaron a School Team están suspendidos por Contrataciones Públicas, esperando que Educación decida sobre una denuncia que presentó Editorial Actualidad Escolar 2000, otra de las empresas que ganó la licitación de los libros digitales.
Este nuevo show se une a todos los procesos irregulares que ha tenido el Minerd en estos últimos dos años, como la licitación para comprar orquídeas naturales por 692,828 pesos en octubre del 2020, en plena pandemia; los tropiezos del Concurso de Oposición Docente a finales del 2021 y después las contrataciones de maestros sin haber participado en concurso; y el más reciente: la compra de tablets que nunca se entregaron.
