domingo, mayo 19, 2024

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Para entender: el asesinato del presidente de Haití

Esa es la muerte violenta que se le da a una persona muy importante por su cargo o poder. En este caso, un grupo de hombres armados –y aparentemente bien entrenados– entraron a la casa del presidente de Haití, Jovenel Moïse, a eso de la 1 a. m., y lo mataron a tiros. Su esposa salió herida de gravedad, y aunque sonó en los medios que había muerto, en realidad no fue así y se la llevaron para Estados Unidos a atenderla. Sus hijos estaban ahí también y parece que presenciaron todo. Ahora están «en un lugar seguro».

En los videos se escuchaba un grupo hablando español, y por eso al ratito se comenzó a hablar de que habían sido colombianos y venezolanos. Pero también se escuchó a otros hablando inglés y diciendo que eran agentes de la DEA. El embajador de Haití en Estados Unidos dijo que los atacantes eran mercenarios haciéndose pasar por agentes, y por eso es que que también anda la teoría en los grupos de WhatsApp de que eso fueron gringos. Todavía no se ha identificado ningún autor material, ni intelectual, ni espiritual, ni de ningún tipo.

El primer ministro interino, Claude Joseph, dijo que todo estaba bajo control allá y que garantizaba la continuidad del gobierno, pero en un momento veremos que eso es más complicado de lo que parece. 

Por lo pronto declaró estado de sitio, que es prácticamente lo mismo que un estado de guerra, donde las Fuerzas Armadas tienen libertad para hacer lo que haya que hacer para mantener el orden, y quedan en un segundo plano algunas garantías constitucionales. También cerraron los aeropuertos y todas las carreteras y puertos, para evitar que los mercenarios se fueran (si no es que ya se habían ido).

¿Y aquí, qué hicieron? 

El presidente Luis se despertó con la noticia, y de una vez convocó a los altos mandos militares. Al ratito cerraron y reforzaron la frontera mediante la Operación Gavión (un protocolo militar ya ensayado y planificado). Uno de los helicópteros de la Fuerza Aérea se deguabinó al aterrizar en Jimaní, pero no le pasó nada a nadie (excepto al helicóptero). También cerraron los mercados binacionales hasta nuevo aviso, y prohibieron todos los vuelos desde y hacia RD, con la excepción de recibir vuelos en el Aeropuerto de La Isabela con dominicanos y diplomáticos que vengan de allá. 

Un triste final

Para un mandato que nunca tuvo paz. Vamos a repasar algunos de los eventos claves de su gobierno:

  • Llegó al poder a principios del 2017 después de un año y pico muy complicado y además con una participación bajísima en las elecciones.
  • En el 2018, se armó un lío de apaga y vámonos que no lo tumbó de milagro. Eso fue cuando se destapó el escándalo de Petrocaribe y una buena parte de los cuartos que mandó Venezuela desapareció de la faz de la Tierra.
  • A finales del 2019, se suponía que iba a haber elecciones legislativas (o congresionales, o parlamentarias), pero el desorden político era tal que tuvieron que suspenderlas. La legislación que estaba expiró, así que el país se quedó sin Parlamento. Eso es como si aquí nos quedáramos sin diputados ni senadores, así que el presidente Jovenel comenzó a gobernar a decretazos limpios. A eso añádele que duró varios años sin primer ministro, porque el Parlamento no lo dejaba.Todo eso es lo que complica más la vuelta.
  • La última gran crisis arrancó en febrero de este año, cuando Jovenel dijo que jueces de la máxima corte y altos mandos de la Policía tenían un plan para matarlo. La oposición decía que su gobierno había terminado el 7 de febrero, y él decía que le quedaba un año. Como leíste en el primer punto, él subió en el 2017, pero los opositores entienden que ganó en el 2015 y debió subir en realidad en el 2016.
  • Jovenel prometió elecciones para septiembre, y por ahí mismo una modificación a la Constitución con la que nadie de la oposición estaba de acuerdo. La crisis es tan grande que se dice que, desde junio, son bandas y pandillas fuertemente armadas que controlan los barrios de Puerto Príncipe. El mismo Jovenel pidió ayuda internacional para poder enfrentarlas.

¿Y ahora, qué pasa?

Si el lío te parecía ya lo suficientemente feo, aquí es donde se separan las aguas. Si fuera en un país con un sistema de gobierno como el nuestro, el vicepresidente cogería el mando. Pero allá no hay vice, y el próximo en línea sería el presidente de la Corte de Casación. El problema es que hace poco ese presidente murió por COVID. Entonces el que le sigue a ese sería el vicepresidente de la Corte de Casación. Aún así, también debería ser investido por el Parlamento (y recuerda que no hay Parlamento). 

Es un lío por arriba y por debajo. Por el momento, el primer ministro en funciones dijo que él es quien está a cargo, y sea como sea,  para reemplazar al presidente también tendría que ser aprobado por el Parlamento, que vuelvo y te digo: no hay. Y a eso súmale que justo hoy estaba supuesto a juramentarse un nuevo primer ministro que Jovenel había nombrado el lunes. 

Al momento de enviar este Brifin habíamos recibido mensajes por WhatsApp diciendo que habían ubicado a los sicarios, y videos de enfrentamientos contra los asesinos del presidente. Parecían reales, pero no pudimos ubicar una fuente oficial, así que todo se quedó en rumores.

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